Según estimaciones del Bank of America, el dólar oficial en Argentina alcanzará los $2.200 a finales de 2024, representando un aumento del 172,1% a lo largo del año. Aunque esta proyección indica una devaluación, sería menor que la registrada en 2023, cuando el dólar se disparó un 356,3%.
La entidad financiera también pronostica que el dólar contado con liquidación llegará a los $2.640 hacia fines de 2024, con un ajuste del 162,7% en comparación con 2023. Según el Bank of America, se espera que la depreciación oficial se acelere en febrero, y la brecha cambiaria se estreche gradualmente.
El informe destaca que el Gobierno de Javier Milei está implementando un plan de estabilización decisivo, que incluye un ajuste fiscal significativo, una devaluación importante, un acuerdo con el FMI para obtener un desembolso de préstamo de U$S 4,7 mil millones y reformas estructurales pro-crecimiento.
En cuanto a la inflación, el informe menciona que fue del 25,5% intermensual en diciembre, la más alta desde febrero de 1991. A pesar de este desafío, el Bank of America proyecta que la inflación se sitúe en el 200% en 2024, en comparación con el 211% registrado en 2023.
Por otro lado, Barclays también ha hecho proyecciones sobre el valor del dólar en Argentina. Después de que la brecha cambiaria inicial se redujera por debajo del 20%, la misma se amplió al 50%, lo que podría ralentizar la acumulación de reservas en un contexto de levantamiento de controles a las importaciones.
Barclays sugiere que el Banco Central acelerará el crawling peg hasta un 4 o 5%, considerando que el crawling peg al 2% es “insostenible”. En caso de que se acelere el tipo de cambio, el dólar podría superar los $1.300 hacia el final del primer semestre.
Estas proyecciones ofrecen una visión de las tendencias económicas esperadas en Argentina para el año 2024, destacando la importancia de los ajustes fiscales y las medidas de estabilización implementadas por el Gobierno. Sin embargo, también subrayan los desafíos persistentes, especialmente en relación con la inflación y la política cambiaria. La evolución de estos indicadores será crucial para el panorama económico del país en el próximo año.