El presidente del Centro Azucarero Argentino, Jorge Feijóo, defendió ante legisladores nacionales el proyecto de nueva ley de biocombustibles elaborado por la Liga de Provincias Bioenergéticas con una abarcadora presentación sobre el beneficioso impacto del bioetanol en el sector sucroalcoholero y el NOA en particular, en términos de ahorro de divisas, calidad del medio ambiente y salud.

Feijóo hizo la presentación en una reunión con senadores y diputados nacionales organizada por la Fundación Barbechando para dialogar sobre una nueva legislación para los biocombustibles, oportunidad en la que fue invitado a exponer sobre el impacto del bioetanol en el sector y las perspectivas para un marco normativo.

Las 6 plantas de bioetanol a base de maíz y las 11 plantas de bioetanol a base de caña de azúcar produjeron 1,21 millones de metros cúbicos de bioetanol en 2024. De esta manera, en 2024 la producción de etanol rompió récords, creciendo un 4% respecto al 2023 y marcando el mayor volumen de bioetanol registrado.

La recuperación de la producción de caña de azúcar permitió un salto del 26% en la producción de etanol a base de este insumo. Mientras tanto, un recorte del 6% en la producción de etanol de maíz aminoró el salto productivo del 2024. Aun así, la producción de etanol de maíz el año pasado fue la segunda mayor registrada.

A pesar de esta performance creciente, el sector impulsa cambios en la legislación de biocombustibles que regula la actividad hasta 2030, al afirmar que se encuentra obsoleta en muchos de sus términos, por lo que se busca un proyecto de consenso que también incluya la mirada del Gobierno nacional y los intereses de las compañías petroleras, en particular las integradas que participan del segmento de downstream.

El proyecto de ley de los productores busca incrementar gradualmente el porcentaje de biocombustibles (bioetanol y biodiesel) mezclados con combustibles fósiles. Por ejemplo, se plantea un aumento del biodiesel del 7,5% al 10% y luego al 15%, mientras que para el bioetanol, se considera un aumento al 15% en un corto plazo.

Tras una caracterización del sector en la que informó sobre productores, industria, trabajadores y producción, el directivo destacó que, desde la sanción de la ley de biocombustibles en 2006 a la fecha, la producción de alcohol se triplicó al pasar de 208.000 m³ a 582.000 m³, con una veintena de empresas participantes.

Asimismo, desde la puesta en marcha de la ley en 2010, con una mezcla del 3% de bioetanol en naftas, la superficie de caña se incrementó un 42%, lo que muestra la contribución del sector al desarrollo del Plan de Bioetanol.

Este impacto fue consecuencia de inversiones estimadas en u$s 533 millones, de las cuales u$s 115 millones se destinaron a plantaciones, u$s 380 millones en industria (destilerías y deshidratadoras) y u$s 38 millones en gestión ambiental, sin considerar inversiones en cosechadoras, tractores, equipos de cultivo y transporte.

Al referirse a la conveniencia del bioetanol, Feijóo señaló que ayuda a satisfacer la demanda interna de naftas, porque las refinerías de petróleo operan a su máxima capacidad y, a pesar del aporte del bioetanol en un 12% del consumo, sigue siendo necesario importar combustibles.

Muestra de ello es que en los últimos ocho años, el bioetanol evitó importaciones de naftas por u$s 5.050 millones, en contribución a la balanza comercial del país, destacó el directivo.

Asimismo, hizo referencia a los beneficios para las petroleras, ya que el bioetanol les agrega los octanos que las naftas argentinas no alcanzan a la especificación técnica requerida, evitando así el uso de otros aditivos más costosos, importados y contaminantes, como el MTBE, Tolueno, etc.

Feijóo destacó que una mayor producción y consumo de biocombustibles no afecta las regalías de las provincias petroleras, ya que las perciben sobre hidrocarburos extraídos, cualquiera sea su uso o destino.

También destacó que el país tiene compromisos ambientales firmados y convertidos en leyes nacionales, para cuyo cumplimiento el aporte del bioetanol en la descarbonización del transporte es central. Con una huella de carbono inferior a la de los combustibles fósiles, el desarrollo de biocombustibles agrega valor a los cultivos nacionales, genera producción y empleo a nivel federal.

Al caracterizar al Sector Sucroalcoholero, Feijóo expuso los indicadores respecto a que el bioetanol de caña de azúcar, equivalente al 6% de la demanda total de naftas, hoy constituye el eje de la sostenibilidad económica y de la competitividad de la principal agroindustria del Noroeste argentino.

En cuanto a una nueva normativa, expresó que “el bioetanol es uno y está unido; el bioetanol de caña y maíz tenemos una propuesta común y está reflejada en el proyecto de ley de la Liga de Provincias Bioenergéticas; porque aspiramos a crecer de manera sostenible, en favor del agregado de valor a la producción primaria, el desarrollo regional, el medio ambiente, la salud y las divisas del país”.