Durante la primera jornada de la muestra de campo más grande de Latinoamérica, Expoagro edición YPF Agro, se realizó el tradicional corte de cintas, que contó con la participación del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro; el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo; y el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José De Mendiguren, entre otros funcionarios tanto nacionales como provinciales.
De Pedro destacó la importancia de la muestra, analizó con productores y empresarios el impacto de la sequía y aseguró que “hay una realidad que vino para quedarse, que tiene que ver con el calentamiento global, con ciclos de seca y excesos de agua cada vez más frecuentes”.
La sequía, la presión impositiva, los derechos de exportación y las restricciones aplicadas al comercio agropecuario fueron algunos de los temas sobre los que se habló durante toda la jornada. Justamente, en una conferencia de prensa organizada por las cuatro cadenas productivas, que incluyen a la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo) y la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), se recalcó en más de una oportunidad que “el modelo productivo que contempla derechos de exportación está agotado”.
Ese mensaje no solo se expuso como una descripción de la realidad ante un escenario sumamente crítico por el cual la Argentina podría perder cuando termine la campaña -dependiendo de los pronósticos- cerca de 50 millones de toneladas de granos, con un impacto en la economía superior a los u$s20.000 millones.
El reclamo de la dirigencia rural, no solo de la Mesa de Enlace sino de todos los que sectores agrícolas, está dirigido a los partidos políticos en su conjunto. En realidad, para todos los que puedan gobernar el país en los próximos años.
En este sentido, Pedro Vigneau, de Maizar, precisó que es necesario avanzar hacia “un nuevo pacto” entre el agro y todo el arco político.
De cara a lo que viene y más allá de los planteos sobre la política agropecuaria, el sector privado, con sus inversiones, sus innovaciones y su potencial productivo dijo presente una vez más en esta muestra que culminará el viernes.
Pero en San Nicolás, además de bronca por la sequía, también se percibe algo de esperanza. Si bien es verdad que hay miles de productores que perdieron o perderán gran parte de lo que se invirtió en la última campaña agrícola, también es cierto que dentro de muy pocas semanas, cuando comience la campaña de trigo, otros miles estarán pensando en cómo continuar, cómo financiarse para encarar una nueva siembra fina.
Es que el campo nunca frena y renueva cada año la esperanza de una buena cosecha. Eso también es parte de lo que se vio en la primera jornada en San Nicolas, en una muestra que quedará en el recuerdo como una de las más calurosas desde que se tenga registro.
La sequía no afloja pero, si se dan las condiciones climáticas, el campo en esta muestra ya confirmó que pondrá toda la inversión necesaria para empezar una vez más. La única variable que puede complicar los planes es la falta de lluvias. Todos (privados, funcionarios y productores) van a mirar los modelos climáticos y esperarán que desde ahora y hasta fin de mayo llueva para dar comienzo a una buena y nueva campaña agrícola. De eso dependerá el futuro inmediato y el ánimo de los productores, más allá de quien gobierne el país.
Fuente: Ámbito
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