
El precio de los combustibles en Argentina volvió a escalar este sábado con un nuevo aumentodel 5%, impulsado por una serie de factores que combina tensiones geopolíticas globales y presión impositiva local. La primera en aplicar el ajuste fue Puma Energy, seguida por Shell, mientras que YPF, que lidera el mercado, se mantiene en etapa de evaluación.
El incremento ocurre en un contexto internacional cada vez más complejo. Desde principios de junio, el valor del crudo Brent, referencia clave para Argentina, aumentó más de un 20%, trepando de 63 a 77 dólares por barril.
El detonante fue la reciente escalada bélica entre Israel e Irán, que involucró ataques a instalaciones estratégicas y una posible intervención de Estados Unidos aún bajo análisis.
Aunque los precios cerraron con una leve baja el viernes, acumulan varias semanas de subas sostenidas.
Pero no es solo el mercado internacional lo que empuja los precios. En el plano interno, el Gobierno actualizó recientemente los impuestos que inciden sobre el precio final del combustible, sumando cerca de un 1% adicional al valor en surtidor. Las empresas trasladaron ese costo de inmediato, en medio de márgenes cada vez más ajustados y ventas en caída.
“Estamos en un momento muy delicado. Las petroleras no quieren perder rentabilidad, pero cada aumento genera más caída en el consumo”, señaló un empresario pyme del sector estacionero.
Según estimaciones privadas, los combustibles mantienen un atraso cercano al 20% respecto de la evolución de sus costos, particularmente en las regiones del interior.
La petrolera estatal YPF, clave para definir el equilibrio de precios en el mercado, aún no acompañó los aumentos, pero fuentes del sector aseguran que definirá su esquema de actualización en los próximos días. Si la suba es menor al 5%, otras marcas podrían rever sus incrementos para no quedar desfasadas.
En la actualidad el mercado de combustibles en Argentina está dominado por YPF, con una participación que oscila el 56 %. Shell, Axion y Puma completan el 40 %, mientras que el restante 5 % corresponde a operadores independientes.
La combinación entre un mercado internacional volátil, una carga impositiva creciente y un consumo interno en retroceso configura un escenario de difícil previsión para lo que resta del año.
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