Arcor difundió su balance al cierre de 2022 y completó así las presentaciones de resultados de las mayores firmas alimenticias del país, antecedida hace pocos días por Mastellone (donde tiene participación accionaria) y Molinos Río de la Plata. Arcor mostró cifras positivas en su operación por mayores ventas en Argentina y en el exterior, aunque su rentabilidad se vio afectada por el congelamiento de precios y la suba de costos. Así, exhibió una ganancia neta de $35.380 millones y anunció una distribución de dividendos entre sus accionistas por $14.000 millones.
Las ventas consolidadas de bienes y servicios de Arcor durante 2022 treparon a $625.082 millones con un incremento del 6,4% contra los ingresos del año anterior, siempre en pesos ajustados por inflación. En este punto, la empresa se benefició con el fenómeno de consumo inmediato que se viene registrando entre los consumi-
dores locales como forma de enfrentar la inflación, que está llevando la demanda de sus productos
a niveles previos a la pandemia.
Así lo resaltó en los comentarios del balance que elevó a la Comisión Nacional de Valores: “Los negocios de consumo masivo (Golosinas, Chocolates, Helados, Galletas y Productos Funcionales) tuvieron durante el año un aumento de los volúmenes vendidos en aquellas categorías de productos cuyo consumo está más relacionado con el impulso, la indulgencia y el consumo on the go, destacándose la performance de aquellas categorías impulsadas por el lanzamiento de productos y campañas publicitarias”.
Este proceso se trasladó a todos los eslabones de la cadena de la industria de alimentos. Y determinó también un incremento en el segmento de Negocios industriales de Arcor, que se tradujo en mayores ventas de jarabes, almidones, especialidades y subproductos. Lo mismo ocurrió con el área de Packaging con fuerte demanda de cartón corrugado y bolsas industriales. El impulso de este segmento estuvo “apalancado” por la integración en la producción de papeles Sack Kraft y “logró un importante crecimiento en volumen respecto del año anterior gracias al aporte de la nueva planta productiva ubicada en la provincia de Misiones”, explicó la firma.
En el resto de los negocios de Latinoamérica, la empresa destacó que hubo “un recupero generalizado de los niveles de actividad respecto del año anterior”, en especial con “mayor consumo de categorías de impulso y el consumo fuera del hogar, como fue el caso del negocio Golosinas y Chocolates de Brasil y de la Región Andina”. El mercado externo juega un papel importante en la operación de la compañía, aunque el mercado argentino representó el 68,3% de las ventas consolidadas del grupo. El mercado externo, incluyendo las exportaciones desde Argentina, representó el restante 31,7% de las ventas consolidadas.
Los resultados de las principales empresa alimenticias nacionales se vieron afectados por el congelamiento de precios, aunque algunas salieron más perjudicadas que otras. A mitad de la semana pasada se conocieron los resultados Mastellone, dueña de La Serenísima, que cerró 2022 con una pérdida operativa de $240,4 millones, que atribuyó al deterioro de sus márgenes de rentabilidad por no poder trasladar a precios la suba de sus costos.
Una situación similar reflejaron los números de Molinos Río de la Plata, que sufrió una caída de 21,7% en sus resultados operativos respecto del año anterior. La compañía también adjudicó ese retroceso a la imposibilidad de “recuperar en los precios de venta los frecuentes aumentos de costos y gastos”, explicó.
Fuente: Ámbito
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