Un equipo de estrategas de Goldman Sachs, liderado por el famoso especialista de Wall Street Peter Oppenheimer, advirtió que las acciones estadounidenses podrían quedar rezagadas frente a sus pares globales durante la próxima década, lo que comenzó a preocupar a muchos inversores.
En un informe publicado para sus clientes, los ejecutivos detallaron que el índice S&P 500 podría generar retornos anuales de apenas 6,5% en los próximos diez años.
Esta expectativa marca el ritmo más flojo entre las grandes regiones, frente a estimaciones de 10,9% anual para los mercados emergentes y 10,3% para Asia excluyendo Japón.
Goldman Sachs habló de la debilidad de las acciones de Wall Street
La razón principal de este menor potencial es el elevado nivel de valoración del mercado estadounidense. Goldman Sachs estima que gran parte del impulso para las ganancias ya se reflejó en los precios actuales, lo que reduce el margen para crecimiento adicional.
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Advertencia: para Goldman Sachs, las acciones estadounidenses se estancarán durante la próxima década
Como medida preventiva, Goldman Sachs sugiere que los inversores diversifiquen geográficamente y moderen su exposición al mercado estadounidense.
En la mirada más próxima, la entidad muestra mayor optimismo: para el año que viene (hasta 2026) proyecta que el S&P 500 pueda llegar hasta 7.600 puntos, lo que implicaría una subida respecto de los niveles actuales, causada por crecimiento de beneficios, apoyo de política monetaria y una economía aún relativamente sana.
Sorpresas negativas
Sin embargo, ese panorama está condicionado a que no ocurran sorpresas negativas (por ejemplo, un rebrote inflacionario, una retirada de estímulos o un aumento inesperado de tipos de interés) capaces de ocasionar correcciones sensibles.
Para el inversor institucional o minorista, el mensaje clave de Goldman Sachs es que el periodo de “crecimiento fácil” de las acciones estadounidenses está llegando a su fin.
Las expectativas deben adaptarse a un entorno en el que ya no bastará con que el mercado suba simplemente porque “lo hizo antes”. Por eso, para el banco de inversión de Wall Street, se requiere un enfoque más activo: selección de valores con fundamentos sólidos, diversificación internacional y gestión del riesgo.

